La ramita aventurera
Monday, May 30, 2011
Monday, July 02, 2007
La reina de los perros
La reina de los perros:
Rojo…freno…Ella se acercó humilde y solemne a mi ventanilla, exhibiendo un collage de roídas fotografías con distintos quiltros de miradas vidriosas, maltratos acumulados, abandono y refugio.
-“Su moneda es nuestro alimento”- sentenciaba el cartel.
Recordé mi mascota muerta, y busqué monedas en la guantera.
Deposité la ofrenda al canil.
-“Que Dios se lo pague”- Me respondió, original frase.
Los acongojados ojos en las fotografías se plasmaron con húmedo fuego en mi mente, revelándome la importante labor de aquella improvisada Sor Teresa de los canes.
Me demostraba que en este mundo aún el más roñoso de los quiltros tenía quién llorara su partida.
Verde… primera…
Pero...¿Quién llorará por ella?...
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Wednesday, November 29, 2006
LA RAMITA AVENTURERA y NARRACIONES DEL ALMA
Darse el tiempo para un cuento siempre es un descanso en el camino. Acá te va uno escrito por mi, una oda a la esperanza:
Érase una vez un gran árbol, en la cima de una colina. Estaba lleno de frondosas ramas que se mecían con el viento como olas en el mar. Una de estas ramas era muy soñadora e inquieta, y sólo tenía un gran sueño: descubrir qué era lo que había más allá del horizonte. Día y noche ese pensamiento la invadía. Pues ocurrió que cierta noche hubo una gran tormenta que agitó al añoso árbol como si fuese un débil junco. Tan fuerte soplaba el viento que arrancó a la soñadora rama y la elevó por los aires, hasta arrojarla lejos. A la mañana siguiente, la rama estaba en un lugar desconocido, muy lejano de su padre árbol. Primero tuvo miedo, pero luego a su corazón lo invadió una profunda alegría: estaba libre para hacer su sueño realidad. Comenzó a caminar sin rumbo fijo, sólo siguiendo el calor del Sol, al que tantas veces había visto esconderse tras las montañas. –“Por fin sabré a dónde va a dormir el Sol, por las tardes”, pensaba mientras imaginaba la cantidad de maravillas que estaban por ver sus ojos.
De pronto ocurrió algo extraño. El tibio Sol era ocultado por una sombra que se abalanzaba sobre ella. Era un águila, que al verla en el campo, había decidido hacer con ella su nido. La rama no sabía qué era lo que pasaba. Sorpresivamente se vio envuelta en poderosas garras que en un abrir y cerrar de ojos la elevaron por los aires. Desde arriba el panorama era impresionante, pero el miedo que sentía la rama por su incierto destino no la dejaba disfrutarlo.- “¿Qué quiere de mi?”-pensaba asustada. Se agitó tanto, que en un brusco movimiento pinchó con su punta a las patas del ave. Ésta, sorprendida, abrió sus garras dejando caer a la ramita sobre un río. Las correntosas aguas arrastraron a la rama. Cayó la noche y sólo el croar de las ranas interrumpía el cadencioso sonido del río. En el frío y la oscuridad, y recordando a su padre árbol, lo de recorrer el mundo ya no le parecía tan buena idea.
A la mañana siguiente un leñador vio a la rama tirada en la orilla y, aunque mojada, le pareció un buen leño para calentar su casa ante la amenaza de lluvia. La tomó entre sus brazos y la llevó a su hogar. Una vez ahí el hombre encendió la chimenea y la colocó por el lado para que se fuera secando con el fuego.
“¿Qué es eso? Definitivamente no es algo bueno”-Abrió los ojos la rama aterrada con el espectáculo. Al sentir las llamas en su cabeza, saltó y corrió hacia la puerta que estaba abierta.
Corrió para tratar de apagar el fuego, pero sólo logró avivarlo más. Para su fortuna comenzó la anunciada lluvia, así el agua apagó el fuego. Pero cuando trató de caminar no pudo, pues se había enterrado en el lodo y era imposible salir.
Ante tal escenario, la rama pensó que había llegado el fin de su viaje y desesperanzada, cerró sus ojos…
Ocurrió que un día, al llegar la primavera, el Sol le entibió la savia de su cuerpo, y aunque era una grata sensación, la rama no se atrevía a abrir los ojos. Y así pasaron los años hasta que un día la rama se armó de valor para abrir los ojos y contemplar el paisaje. ¡Y qué sorpresa se llevó! Al mirarse se dio cuenta de que al enterrarse había echado raíces y habían brotado en ella hermosas hojas con las que podía respirar el fresco aire primaveral.
Y esta es la historia de una rama aventurera, que hoy en día es el árbol que cuenta las mejores historias, según opinan las aves que todas las tardes se reúnen, acurrucándose en sus ramas, a escuchar sus aventuras.
(Publicado en diario El Mercurio el 06-12-06)
Te contaré que esta historia, a su vez tiene su historia:
Este es el primer cuento que escribí cuando era muy niño. Escribía una página, y luego hacía un dibujo de lo que escribí. Y se lo leía a mi madre. Ella me preguntaba: ¿Bueno y en qué continúa?
Eso me motivaba a hacer la página siguiente con texto y dibujo. Creo que esto es lo más cercano a estimar cuando comencé a hacer comics en mi vida.
Años después lo reescribí en séptimo básico y lo hicimos una obra de teatro... y ganamos un premio!!!
Hoy ya con palabras y redacción más madura vuelvo a contar este cuento... el cual tiene un significado muy especial para mi.
EXPERIENCIAS que me han tocado el CORAZÓN profundamente:
ANÉCDOTAS AMAZÓNICAS Y EL DÍA QUE TUVE A CENTÍMETROS DE LA LUNA!!!
Hay algunas ocasiones en la vida en las que sientes que un momento por mínimo que sea tiene una importancia suprema en tu vida y en forjar tu personalidad.
(Yá sé, es larguito el blog, pero creéme que vale la pena)
Recuerdo en cierta ocasión, en unos de mis super mochileos aventurados, en que viajaba en un tren por el amazonas. Era un tren muy pobre y el viaje era eterno ya que eran días arriba del tren. Como anécdota te contaré que en la noche había que apagar las luces de los vagones. Ya que las polillas se metían por las ventanas... Que tiene de malo esto? Que eran miles y eran gigantes, como una paloma! y ustedes se preguntaran si no hubiese sido mas fácil cerrar las ventanas. Pues lo hice y créanme cuando les digo que a los 5 minutos de ESE calor, lo de las polillas no era nada tan mala idea. Si la gente andaba con una toalla en el hombro, para secarse a cada rato la transpiración.
Pero luego vino lo peor... Se metían los MURCIELAGOS a cazar las polillas...GLUP!! Imagínense el tamaño de esas huevás, si las polillas eran grandes! No pegue un ojo en toda la noche, no estaba lejano quedarte dormido y despertar con uno de eso bichos prendidos en tu cuello!!!
Pero lo que te quería contar ocurrió en uno de los miles de caseríos de mierda en medio de la nada, en los que se detenía el tren. Esos breves minutos eran aprovechados por el pueblo, quienes saltaban a vender cuanta cosa se te ocurriera. Estaba mirando por la ventana y de repente vi a un niñito. Pooooobre como la miseria misma, que andaba vendiendo no se que fruta en un lavatorio de metal todo machucado. El pobrecito tenia no se que enfermedad que se le notaba en su cuerpecito raquítico, caminaba cojeando y era como chuequito. Andaba apenas cubierto con una polera...que uf! El peor de mis estropajos era mas limpio y menos rotoso!! Su polera estaba llena de hoyos, y el cuello estaba tan jetón que le llegaba al ombligo. Salte de mi asiento y meti la mano a mi mochila y saque la primera que pille que resulto ser mi mejor polera Nike, lo pensé por 1 microsegundo y dije:- a la chucha! la necesita mil veces mas que yo. Lo llame, y me puso sus frutitas delante sin hablar, le dije:- "Toma pruébatela"- se la puso, y le quedaba gigantesca, tan gigantesca como la alegría que vi en el brillo de sus ojitos y en su sonrisa diente por medio que ya le llegaba a las orejitas. _"Te queda bien, ya anda a seguir vendiendo antes que parta el tren" - le dije. Se dio media vuelta, sin decir nada, no sé , tal vez no podía o no sabía hablar. No me dijo nada pero sentí como una ola de gratitud con sólo verle su rostro sonriente.
Bueno acá viene el detalle que me da vuelta el corazón y se me nubla la vista al recordar.
2 años mas tarde , hice el mismo viaje, se me había olvidado la situación. Después de varias horas el tren paró en un caserío de mierda en medio de la nada, miré y pensé, esto ya lo conozco, como preguntándome porque se me grabo en mi mente un lugar tan fome. El niño!! recordé... Y me asome medio cuerpo por la ventana a ver si lograba verlo, nada, no se veía en la masa de pueblerinos vendiendo sus cosas. Comienza a avanzar el tren y de repente un color celeste inconfundible alcancé a divisar a la distancia...era la famosa polera...era él. El niñito que después de dos años seguía vistiendo la misma ropa para trabajar y llevar el sustento a su casa!!!...no alcance a decirle nada!! Solo verlo, vivo, me basto!! Créanme cuando les digo que yo he hecho regalos mucho más co$to$o$ que una simple polera, pero este es uno de los mas importantes que he hecho. Ojala en el futuro vuelva a hacer ese viaje, ya no iré tan desprevenido.
Como soy ilustrador infantil, siento una gran conexión con los sueños infantiles, esta navidad pasada la pase en medio del amazonas (para variar), estaba en una cocinerías, y llovía mucho, era 24 en la noche...de pronto llego una viejita "huara" (indígena) con un niñito pequeño que andaba a pies pelados a vender ataditos de frutas, nadie le compraba así que fue mas lejos dejando al niño cuidando el saco, fui y le compre un autito ($500 pesos) el chico rayó. Llego la viejita y en no se que dialecto le pregunto por el autito, el vendedor le respondió no se que weá y me apunto a mi. La viejita empezó como a preguntarle el precio por los juguetes (yo cache por los gestos) pero parece que no le alcanzaba pa ninguno y se fue a vender, y me pare y le compre 5 autitos mas...y el vendedor me regalo uno mas, porque se dio cuenta lo que hacia... así que ahora en mi casa tengo mi hermosa colección de autitos...jaja...no... era una broma para que no te quedases dormido. Obvio le regalé los autitos al niño, quien no daba de asombro, de lejos la viejita lo llamó y el niño se echó el saco al hombro y trataba de guardar los autos en los bolsillos, pero no le cabían....al niño se le sumó un problema que no tenía hasta el momento...donde chucha meter tanto auto??...y a mi, en medio de la nada y solito, la navidad cobró un sentido que yo ya lo estaba perdiendo.
Otro de mis momentos Polaroid, fue cuando trabajaba en una empresa y por un evento que íbamos a hacer tuve que entrar al subterráneo
mas polvoroso del Museo Nacional de Bellas Artes. Y ahí en los muebles archivado estaba...un niño!!...jaja... no, nada que ver, otra broma despertadora...Bueno, prosigo, en un archivo había un galvano. Una placa recordatoria que le regaló Estados Unidos a Chile. En el se podía apreciar un trozo minúsculo de una piedra negruzca manchada que parecía arena mojada. Era un pedazo de la Luna que trajo el primer viaje espacial tripulado a la Luna, envuelta en una esfera de cristal. No lo podía creer!!!, yo un enamorado de la luna tenía un trozo de ésta a sólo centímetros de mis ojos!! No pude parpadear en varios minutos, no quería perderme ni un segundo de esa magia.
Bueno quedo un poco extenso el Blog, espero que no haya sido una lata y que ojalá te haya logrado traspasar algo del hermoso calor que siento al recordar esas cosas.
(Si quieres ver fotos de esos mochileos, entra a la sección "Alvaro Viajero" en este link www.ilustrador.tk y a la luna, sólo levanta la vista por las noches )
Labels: alma, cambio, cuentos, exeriencia, historias, moraleja, narraciones, profundo